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“Mestre, espejo para las nuevas generaciones”.

Bajo este título, el Comite Central de la UCR de la Provincia de Córdoba emitió un documento donde pone en valor la figura de “un estadista que ya es patrimonio de todos los cordobeses”.

Mestre, espejo para las nuevas generaciones.

Ramón Bautista Mestre fue un estadista valeroso y destacado. A diez años de su fallecimiento, evocamos a este hombre que ejercía un liderazgo con pocas palabras, que reflejaba su acción en la mirada, siempre apostando a formar equipos de trabajo, donde el sacrificio, la honradez y la lealtad eran elementos determinantes para ser parte de ellos.

Su construcción era colectiva, no aceptaba adulones ni cobardes.

Sus obras, concebidas conforme a un plan ejecutado con bríos transformadores, despertaron entonces polémicas y mucho después, reconocimiento.

De su San Juan natal trajo el temple de los hombres que forjaban la historia. Fue estudiante universitario destacado, luego docente y político, actividades que alternó con el ejercicio de su profesión pero además lo complementó con una importante actividad gremial.

Desde la Secretaría General -integrando el equipo de Justo Páez Molina-, hasta Intendente y Gobernador, Mestre fue sin duda un estadista, un hombre que levantó siempre su vista sobre el horizonte, que gobernó para las futuras generaciones.

La palabra dada, el respeto por los adversarios políticos y sus correligionarios, tenían una dimensión real en el mundo Mestre.

En un país donde el Radicalismo es cuestionado por su convicción de poder y su habilidad para gobernar, Mestre marcó un rumbo a imitar por las nuevas generaciones de dirigentes políticos.

De la misma fibra de Sabattini y Justo Páez Molina hizo docencia con la decencia. De ellos heredó esa impronta de los que saben que la obra pública marca el camino al progreso y mejora la calidad de vida de los ciudadanos.

Sin dudas, hay un hilo conductor, un pensamiento firme entre ese plan trienal de Páez Molina (1965-1967) que lo tuvo como ejecutor desde su lugar de Secretario General de la Gobernación, y las 38 escuelas que construyó en cien días priorizando la educación en los sectores más postergados de la Ciudad de Córdoba, la construcción de los tres hospitales de alta complejidad en el interior de Córdoba, la continuación del camino a Altas Cumbres o las 15 mil viviendas que inauguró como Gobernador entre otras importantes obras en toda la Provincia.

El mismo Mestre que hizo historia recuperando el Río Suquia, convirtiéndolo para siempre en un corredor que marcó la ciudad, una obra cuya magnitud fue reflejada por La Voz del Interior el 27 de setiembre de 1989 con motivo de haber recibido el primer premio de la Bienal de Arquitectura en Santiago de Chile.

Tenemos la certeza que Mestre tenía una inquebrantable vocación de poder, para servir a quienes lo eligieron muchas veces.

Con sentida sensibilidad y noción de sus costos debió tomar decisiones severas pero indispensables. Le dolió como al que más cuando verificó esa incomprensión sobre su gestión y regresó a la militancia del partido que lo proyectó y al que enriqueció con matices y reflexiones.

Sin embargo, el sistema democrático se manifiesta de distintas maneras y los pueblos se expresan libremente cuando madura la perspectiva histórica. Por ello, ese hombre que parecía recio y no claudicaba, ni hacía demagogia, entrelazó lazos indestructibles con amigos y adversarios, recibió el cálido tributo de hombres y mujeres en su última travesía por las calles de la ciudad que conoció como pocos.

En este nuevo aniversario de su fallecimiento, estamos convencidos que Ramón Bautista Mestre cumplió con el mandato institucional y social, porque sus huellas calaron hondo y lo pendiente goza de plena vigencia entre los que se forjaron cerca suyo.

Se retiró de la política a lo Mestre, sin medias tintas, dejando su vida. Para muchos era nuevamente el futuro Gobernador de Córdoba.


A los que transitaron con él, los anima a tomar la antorcha y retemplar el espíritu que adornó su rica personalidad.

Es bueno juzgarlo con rigor y objetividad, para extraer conclusiones y apropiarnos de experiencias, métodos y formas eficientes.

Nuestra conclusión, sin derrapar en nostalgias rutinarias, es que Mestre abordó y resolvió los problemas que las circunstancias le impusieron.

Ramón Bautista Mestre nos dejó el legado de ser un auténtico luchador del cambio. Un estadista que ya es patrimonio de todos los cordobeses”.

Miguel O. Nicolás
Vicepresidente 2º

Javier Bee Sellares
Vicepresidente 1º

Manuel A. Giménez
Presidente




A continuación el documento incluye el nombre de todos los Secretarios del Comité Central y de los miembros de la Mesa Ejecutiva del Honorable Consejo Provincial.
Prensa Comité Central de la UCR de la Provincia de Córdoba

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